La interrogación oral es una prueba bastante simple, sin embargo, es poco usada por el tiempo de aplicación que necesita, 15 minutos por alumno. En sí no es mucho, pero si se multiplica por el número de alumnos de un curso, resulta excesivo.
Esta prueba tiene entre cuatro a seis preguntas, las que pueden pedir respuestas bastantes extensas de los alumnos, éstas (las respuestas) serán más específicas y cortas, mientras más precisas sea la pregunta.
La prueba oral puede ser aplicada en forma paralela a tres o cuatro alumnos, pero para ello, es necesario hacer preguntas equivalentes, es decir, preguntas que siendo diferentes en su estructura miden el mismo objetivo.
Las preguntas deben ser redactadas lo más específicas posibles, eso ayudaría a establecer el puntaje por pregunta y que la respuesta del alumno sea también específica.
- Como facilitador del aprendizaje: permite detectar trastornos lingüísticos, características de personalidad de los niños, uso del lenguaje, calidad del vocabulario. Es rápida de elaborar y la corrección es inmediata, permitiendo acciones remediales con los alumnos también en forma inmediata.
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